PSICÓLOGOS DE HARVARD: ¿CÓMO CRIAR BUENOS NIÑOS?

PSICÓLOGOS DE HARVARD: ¿CÓMO CRIAR BUENOS NIÑOS?

Es responsabilidad de los adultos criar almas benévolas. Ayudarles a cruzar el mundo en la compasión, el amor y la bondad. Se viven tiempos en los que la tecnología domina el tiempo de niños y adultos. Ahora la crianza de los niños es un poco diferente en comparación con cuando no existía el iPod, iPhone, pantallas, Internet y toda clase de dispositivos electrónicos que nos consumen diariamente, que nos mantienen distraídos y desconectados.

Dicen que tiempo pasado siempre fue mejor, pero es cierto que “antes” los niños estaban jugando afuera: en la calle, en los jardines, sí, a la intemperie fuera de sus casas. Estaban jugando y creando con su imaginación, creían e inventaban el juego, no perseguían pokemones en una pantalla. Los niños tenían “tiempos” que sincronizaban con la estación del año y con sus actividades diarias: levantarse, desayunar, colegio, salir, comer, hacer tarea, jugar afuera hasta que se fuera la luz, regresar casa, cenar, bañarse, leer antes de dormir… o algo similar, y no existía nada que fomentara el sentido de la inmediatez que tienen ahora que creen que todo puede resolverse a la distancia o velocidad de un “click”.

Es verdad que hoy se trata de un mundo nuevo y nos han hecho creer a los padres que es nuestra obligación entretenerlos, pero ¿sabemos qué es lo que los niños necesitan verdaderamente?

Un grupo de psicólogos de la Universidad de Harvard han estudiado lo que hace que un niño se sienta bien esté bien equilibrado en estos tiempos de cambio y comparten estos conceptos muy básicos sobre lo que hacen los padres que crían niños “buenos”, que en realidad la traducción adecuada son niños “de bien”:

1. Toma tiempo con tus hijos.

Es una simple sugerencia pero puede ser todo un reto. Estamos pasando por tiempos difíciles cuando estamos las 24 horas pegados con la tecnología, con el excesivo bombardeo de una vida ocupada. Los medios comunicación social – de información, correos electrónicos, mensajes o llamadas, todo esto hace que nuestras relaciones estén en crisis. Es difícil salir a la calle, es más fácil dar un juguete o una consola Xbox a un niño para que estén calladitos.

Pasar tiempo con los hijos significa hacer cosas con ellos, leer un libro, patear una pelota, ir a caminar, o simplemente jugar un viejo juego de cartas. En otras palabras, esto significa interactuar con los hijos para crear memorias, momentos y cosas que van a recordar porque los hijos van a olvidar todo lo que les ha comprado. Ellos solo quieren pasar tiempo de calidad con su familia.

2. Si importa, dilo en voz alta.

De acuerdo con investigadores de Harvard, “Mientras que la mayoría de los padres y cuidadores de niños dicen que el cuidado de sus hijos es una de las principales prioridades, a menudo los niños no escuchan este mensaje.”

Es necesario pasar tiempo con los hijos para saber y entender lo que está sucediendo en su vida. Maestros, entrenadores, tutores y otras personas que cuidan a sus hijos son sus aliados. Entre todos pueden distinguir si hay un cambio en el comportamiento. Permita que su niño se sienta cómodo hablando con usted. Su hijo necesita saber que él es la máxima prioridad en su vida. No es suficiente que se lo muestre al darle cosas, o garantizar su seguridad o nutritiva. Los niños necesitan reconocer palabras. Las palabras son importantes y poderosas en la psique del ser humano.

3. Enseña a tu hijo cómo resolver problemas por muy insignificantes que sean.

Uno de los mayores regalos que puedes hacer por tus hijos es enseñarles a analizar y resolver problemas. Deja que tus hijos decidan por sí mismos lo que quieren. No todo el tiempo podrás resolver sus problemas. Es saludable hacerles experimentar la vida por su cuenta. El logro es importante y, dejando de lado lo que ellos quieren, se les da la consciencia de la causa y del efecto.

¿Quieres ayudar a tu hijo a convertirse en un adulto productivo? Seamos, entonces capaces de compartir sus problemas y de guiarlo a tomar las mejores decisiones posibles. Es difícil dar un paso atrás como padre y ver al hijo cometer un error. Pero, esto es parte del aprendizaje y la evolución de nuestra humanidad.

Rick Weissbourd, que dirigió el estudio, dijo: “Estamos hiper centrados en la felicidad de nuestros hijos. ¿”Vamos a empujar a nuestros hijos a que sólo se centren en el éxito? “La presión para tener éxito puede tener un montón de cosas negativas ” dice Weissbourd, quien es co-director del proyecto conjunto “Me temo que esto hace que los niños menos afortunados”.

4. Haz que la amabilidad y gratitud sean características de la rutina diaria.

Los investigadores afirman que “los estudios demuestran que las personas que expresan la gratitud son más propensos a ser útiles, generosos, compasivos y saber perdonar, y también son más propensos a ser felices y a tener salud”.

“Los padres deben asignar tareas a sus hijos y expresar su reconocimiento por sus logros. Es importante que los niños vean que la gratitud es un regalo increíble. Cada vez que hacen algo, que les reconozcan su rendimiento. Los psicólogos de Harvard han encontrado que los padres sólo tienen elogios por “actos de bondad inusuales”.

5. Pon atención a las emociones destructivas de tu hijo

La capacidad de cuidar a los demás puede generar que los niños se sientan abrumados y expresen pensamientos negativos. Es bueno que los padres ayuden a los niños a nombrar esas emociones y guiarlos para que se enfoquen en ser individuos caritativos. También es bueno establecer límites claros y razonables.

6. Enseña a tus hijos a tener una visión global de las cosas.

Deja a tu hijo experimentar el mundo a través de su compasión. Los investigadores afirman que “casi todos los niños se solidarizan cuando están al cuidado de un pequeño círculo de amigos y familiares.”

Enseña a tu hijo a escuchar, interactuar sin el uso de la tecnología, de ser amables con los demás fuera de la familia, y no juzgar la religión o la nacionalidad de una persona. Estamos en un período crucial de la evolución humana, y esta nueva generación puede evolucionar y cambiar nuestro mundo. Exponer a su hijo a diferentes culturas ayudan a convertirse en un ser amoroso, amable y feliz.

«La crianza de un niño amable, benevolente, con la ética, es y siempre ha sido un trabajo duro. Pero esto es algo que todos podemos hacer. Y ningún trabajo es más importante o gratificante al final».

Acerca de Aleja

"El trabajo sobre sí mismo está en no mirar, ni juzgar a los demás, sino comprender que todo lo que está a mí alrededor, está en mi interior".

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