EJERCICIO PARA ACERCARNOS A NUESTRA MADRE

EJERCICIO PARA ACERCARNOS A NUESTRA MADRE

Bert Hellinger estudió filosofía, teología y pedagogía. Durante 16 años trabajó como miembro de una orden misionera católica con los Zulú, en Sudáfrica. Más tarde se hizo psicoanalista y a través de la dinámica de grupos, la terapia primal, el análisis transaccional y diversos métodos de hipnoterapia dio origen a su trabajo de constelaciones familiares. Bert Hellinger ha escrito 64 libros traducidos a 25 idiomas.

La relación con nuestra madre es una de las conexiones más fundamentales de la vida, influye significativamente en nuestro bienestar emocional y en la forma en que nos relacionamos con los demás. Bert Hellinger nos propone este ejercicio para acercarnos a nuestra madre buscando abordar las complejidades emocionales que puedan haber surgido en esa relación primordial.

Ejercicio para acercarnos a nuestra madre

Cierra los ojos… Observa las imágenes que te separan de la madre, ligadas a emociones de dolor: al miedo, a la tristeza, a la rabia, a la desesperación, donde decidiste que te quedabas detenido o detenida sin poder avanzar hacia ella.

Prueba a ir más atrás, a las imágenes de felicidad previas a esos momentos. Deja que emerjan como muertos que resucitan: la felicidad más profunda en el seno de la madre, en sus brazos, amados por ella. Deja que esas imágenes internas anteriores a todo cubran las imágenes que se quedaron detenidas en el dolor y en el sufrimiento. De manera que esas imágenes de felicidad comiencen a resplandecer, mientras que las otras desaparecen como la niebla.

Y ahora efectuamos en nuestro interior un movimiento hacia nuestra madre, muy lentamente, a pequeños pasos, a pesar del miedo, a pesar de la rabia, a pesar de la desilusión… Y miramos a nuestra madre a los ojos.

Observamos cómo resplandecen de amor. Y damos un paso. Y otro. Y otro. Para acabar al final en brazos de nuestra madre. Y le decimos: “Querida mamá”. Mientras que ella nos dice: “Mi niño amado. Mi niña querida”.

Y estas hermosas imágenes en armonía con la madre de cada uno nos las llevamos en la vida que viene con posterioridad a ello, atravesando la juventud.

Con el resplandor que habéis sentido con estas imágenes ilumináis las otras imágenes, las que estaban llenas de pesar y tormento, sintiendo que la fuerza es diferente y que se pueblan de un nuevo amor, de felicidad.

En ese momento encontramos una pareja. También esta pareja se ilumina del recuerdo luminoso que surge de la relación con nuestra madre. Ahora nos sentimos libres para estar en una relación de pareja.

Nuestra pareja viene atraída por este amor, y nosotros vamos a su encuentro. Y, con los ojos llenos de luz – llenos del amor de nuestra madre-, le miramos a los ojos, y le decimos: “Te quiero”.

Al emprender este ejercicio para acercarnos a nuestra madre, nos sumergimos en un viaje emocional destinado a sanar heridas, transformar el dolor en amor y fortalecer los lazos familiares.

«La mirada amorosa hacia nuestra madre es el inicio de la liberación de las ataduras que nos impiden vivir plenamente».

Por Aleja Bama

Acerca de Aleja

"El trabajo sobre sí mismo está en no mirar, ni juzgar a los demás, sino comprender que todo lo que está a mí alrededor, está en mi interior".

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