SANAR LA CARENCIA MATERNA EN TU CLAN

SANAR LA CARENCIA MATERNA EN TU CLAN

Este vínculo es el más importante, porque es el primero que mantenemos en nuestra vida. De ella nos nutrimos, y conforme haya sido esa nutrición, serán las herramientas que tendremos para enfrentar la vida, de ella recibimos la energía de vida, conforme haya sido esa energía, así nos sentiremos.

Cuando veas a una persona siempre enojada, su enojo en realidad es con su madre, de un modo muy inconsciente. Comúnmente se dice: está enojado con la vida, o está en guerra con la vida, la madre representa la vida, si yo no estoy en paz con mi madre estaré en guerra con mi vida. Por eso la importancia de sanar este vínculo.

Muchas de nuestras enfermedades, son del niño que no recibió ese amor que le hizo falta de su madre, quedó desnutrido emocionalmente.

De la madre se desprende la relación que mantenemos con nuestro cuerpo, la relación que mantenemos con el mundo, la relación que mantenemos con la comida, la relación que mantenemos en otras relaciones.

Recordemos que es la madre la primera que nos alimenta, y conforme haya sido ese alimento, será la nutrición en forma de energía de vida que tendremos para enfrentar la vida.

La madre está ligada a nuestra abundancia, si no nos sentimientos abundantes emocionalmente con nuestra madre, cuando fuimos niños, me sentiré carente en el mundo, en mi vida de adulto.

Maternamos a nuestros hijos conforme nos maternaron a nosotras. Puede pasar también que me vaya al otro extremo, ser diferente con mis hijos en comparación con mi madre, de igual modo, tengo que saber, que aquí se está hablando de energía de vida, si mi mamá fue autoritaria y hoy yo soy permisiva, y no recibí de ella energía de vida, de igual modo me costará muchísimo criar a mí a hijos, ya que carezco de dicha energía.

¿Por qué mi mamá no me dio energía?

Porque ella no la recibió de su propia madre, por consiguiente no la tenía en ella misma, para entregármela a mi. «Damos lo que tenemos».

Generalmente no podemos dar energía de vida a nuestros hijos, que no hayamos recibido de nuestra propia madre.

Si yo no recibí un maternaje apropiado, óptimo, donde todas mis necesidades emocionales, afectivas estuvieran cubiertas, me costará maternar a mis hijos, ya que no recibí energía de vida de mi madre, mi madre tampoco tuvo energía de vida para maternarme como debió hacerlo.

El dolor, el bloqueo, la carencia de dicha energía, se arrastra de generación en generación, y si hoy quiero que fluya para beneficiar a mis hijos y a mi misma, debo liberarla, desde los ancestros hasta los descendientes.

El bloqueo está en el pasado, en las infancias de nuestros ancestros. Recordemos que en la infancia damos a nuestros hijos la energía de vida para desarrollarse en su vida de adulto, y si no la damos sabiamente, enfermamos, bloqueamos ese influjo.

Cada generación que no recibió sabiamente dicha energía de sus madres, se queda mirando hacia el pasado, esperando esa energía, desprotegiendo a la descendencia, no nutriendo a la descendencia.

Muchas madres, sigues esperando el amor que no recibieron de su madre, no logrando cortar el cordón sanamente, cuando hacemos esto, estamos desprotegiendo a nuestros hijos. Debemos sanar este aspecto.

Mientras yo esperé amor de mi mamá siendo una adulta con hijos, debo saber que no estoy nutriendo a mis hijos, quedándome en un estadio infantil. Creando una cadena de desnutridos emocionales.

Ahora trabajemos con las mujeres de nuestro Clan

– Imagina y visualiza, aunque no la conozcas, a tu bisabuela. Imagina que una luz poderosa la sostiene, abajo de tu bisabuela está tu abuela. Tu bisabuela le dice a tu abuela: no puede estar disponible para ti como debí estarlo, no pude maternarte como debí hacerlo, no tuve la energía de vida que necesitaba. «Lo siento». Ahora estoy presente y puedes tomarme de un modo diferente, puedes tomar mi energía. Tu abuela respira y se llena de esa energía.

– Tu bisabuela le dice: Se que te hice falta, sé que no te cuide como debería haberlo hecho, sé que de un modo inconsciente te hice daño, pero ahora estoy aquí para reparar el daño, ahora estoy presente para ti y puedes tomarme. Tu bisabuela abre los brazos enormes y la toma a tu abuela entre sus brazos. La llena de energía de vida, esa que no supo darle cuando fue niña. El amor en estos momentos fluye entre ellas dos. Ahora en estos momentos está ingresando esa energía. Ahora tu abuela recibió esa energía, ahora puede girar hacia la vida y ver a tu madre.

– Imagina y visualiza ahora a tu madre, ella en estos momentos está por recibir la energía de vida que no recibió siendo niña, la visualizaras pequeñita, justo en el momento que tuvo que recibir el amor de su madre y no lo recibió, simularemos su infancia.

– Su mamá, tu abuela, le dice: Hija, no pude estar disponible para ti como tú lo necesitaste «lo siento» Sé que me necesitaste de un modo diferente, sé que no te dí el amor que hubieras querido, sé que te hice sentir desprotegida, sé que no te tuve paciencia como debí haberte tenido, sé que te hice falta. Se que necesitaste más dulzura de mi.

– Ahora estoy presente como me necesitas tener, puedes tomarme. Tu abuela extiende los brazos y la toma a tu madre de una manera profundamente amorosa.

Así es como liberamos, pasa la energía de vida.

– Tu madre ahora se gira y puede mirarte a ti. Recordemos que ella se quedó detenida esperando el amor que no recibió de su madre, tu abuela, se quedó detenida en una psiquis de niña. En estos momentos ya tiene la energía de vida para darte. Ahora es una mujer madura, ahora es una madre «no una niña carente» es una madre abundante. Ahora que es una mujer madura puede entregártelo a ti.

– Visualiza como baja la energía de vida, de mujeres poderosas, luminosas, amorosas. Tu madre está apoyada por su madre, tu abuela está apoyada en su madre. Ahora te toca el turno a ti.

– Tu madre ya es una mujer, ya salió del estadio de niña al recibir esa energía de su propia madre, ahora puede mirarte a ti, antes no podía mirarte porque seguía esperando esa energía de su madre y estaba en estadio de niña.

– Tu mamá te dice: hija, no pude estar contigo como debería haber estado, no pude ser la mamá que hubieras querido, no pude protegerte como te hizo falta «lo siento» «lo lamento». Sé que te hice falta en muchos momentos que me necesitaste atenta. «Se que te hice daño, lo lamento» no tenía la energía para maternarte como te lo merecías «Lo siento» Quiero reparar este dolor que te causé por no protegerte. Ahora estoy presente para ti, porque crecí, maduré, puedes tomarme. Tu madre extiende los brazos, te toma, te abraza fuertemente. Ahora puede dejar de mirar a su madre, pidiendo que la siga maternando, para maternarte a ti. Dejó de ser una niña, ahora es una mujer, tu madre, ella te protege a ti. Deja de mirar el pasado, para mirarte a ti, el pasado solo la respalda, pero sus ojos ahora están puestos en ti.

Siente como ingresa esa energía de vida en ese abrazo, siente como ingresa en tu cuerpo. Siente como esa energía de vida te hace crecer, madurar, fortalecerte, brillar. Dejas de ser un niño, pidiendo que te maternen, dejas de sentirte carente y desprotegido, para convertirte en un adulto empoderado, fuerte. Siente esa energía de vida en cada célula de tu cuerpo.

Ahora agradeces a tu mamá, a tu abuela, a tu bisabuela esta entrega. Las miras, y les dices: gracias a todas.

Ahora mira al futuro, mira hacia delante, a la vida, tu vida. Estás protegido por todo el linaje, respaldado, te miran con buenos ojos y te alientan a mirar hacia el futuro, hacia la descendencia, su legado.

Entrega toda esta energía a tus hijos en caso de tenerlos, o a tus proyectos que tengas para tu vida.

Autora: Danila Hernandorena en «El universo está a mi favor»

Acerca de Aleja

"El trabajo sobre sí mismo está en no mirar, ni juzgar a los demás, sino comprender que todo lo que está a mí alrededor, está en mi interior".

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