Ciertamente somos capaces de sentir cualquier cantidad de emociones en nuestra vida, sin embargo, muchas de ellas no son tan agradables como nos gustaría, entre las emociones más nocivas para nuestro ser encontramos la tristeza, el miedo, la melancolía, la desesperación, las culpas, etc, todas ellas son manifestaciones de nuestro ego y si dejamos que se apoderen de nosotros estaremos creyéndonos que somos esas emociones y nuestra vida puede tornarse complicada.
Lo primero que debemos hacer es identificar esas emociones apenas den muestra de aparición, estar alerta ante cualquier aparición, esa muestra de malestar corporal o anímico que nos indica que esa manifestación del ego quiere hacerse presente en nuestras vidas.
No te identifiques con la emoción
Entiende que no eres eso que piensas o sientes, ten claro que es tu ego que como si tuviese vida propia quiere hacerte creer que tú eres esa emoción. Tú eres un ser de luz, perfectamente dotado para vivir en paz y en armonía con la naturaleza que solo pierde su perfección cuando la mente comienza a hacernos creer que somos ella.
Nuestra mente es nuestro instrumento
Nuestra mente es tan compleja, que tiene una parte consciente y una parte inconsciente, a al parte consciente de nuestra mente nos es relativamente fácil acceder, sin embargo la parte inconsciente opera bajo una lógica distinta y llegar a ella puede costarnos un poco más de trabajo… y obviamente ahí están almacenadas la mayoría de las cosas que nos hacen sentir emociones desagradables. Debemos hacer ejercicios de sanación que actúen nuestro subconsciente, que nos ayuden a canalizar las energías, esto nos ayudará a estar en equilibrio.
Adicionalmente, debemos hacer lo posible por distanciar nuestros pensamientos, observarlos y eventualmente callarlos. Nuestra mente es nuestro instrumento, ella debe trabajar para nosotros, no al revés, darnos cuenta de que vamos más allá de ella nos permite desligarnos de esa ilusión que nos ata a un sufrimiento. Saber esto no nos libera del dolor, solo la práctica lo hará.
Cuando sientas que tu mente está trabajando en tu contra detente, obsérvala, vela de frente y hazle saber que estás consciente de que está allí, intentando hacerte sentir mal. Procura no reaccionar ante sus requerimientos, solo observa las sensaciones, al observarlas estarás restándole poder, como si vieras una película.
Mantente en el momento presente
No podemos hacerle frente a algo del pasado o algo que no ha ocurrido, solo podemos hacerle frente a lo que ocurre en este justo momento, comenzando porque no hay nada más. Ciertamente en el presente pueden ocurrir cosas desagradables, pero aceptarlas y notar que no son tan malas como las cosas que nuestra mente recuerda o imagina nos genera un gran bienestar.
Así que mantente presente, no le des fuerza a las emociones negativas, obsérvalas, sin pensar en ellas, réstale importancia y poder a tu mente y toma el control de tu vida desde tu verdadero Ser.
-Sara Tibet-