Nuestra energía no es mejor ni peor que la anterior, simplemente se ha transformado, porque la energía no se destruye, se transforma; entonces nuestra energía ya no es la misma, ahora es distinta y tenemos la necesidad de encontrar energías afines a la nuestra.
Estas energías afines nos hacen sentir cómodos y comprendidos, sin embargo cuando nos causan dolor, desgano y emociones con las que no nos sentimos bien, es mejor dejarlo marchar, porque ellos no han cambiado, pero tú si.
Personas que ya no vibran como tú. Lugares que ya no vibran como tu. Sentires, modos de pensar y creer, rutinas, estructuras, que ya no son. Las vibraciones no son ni buenas ni malas, son diferentes.
Cuando dejamos de vibrar con ciertas personas, lugares, creencias, y tanto más, nos cuestionamos si somos malas personas, recaen culpas y moral, nos cuestionamos el tiempo que la relación o la rutina viene durando y lo mal que nos sentimos por el alejamiento que se está produciendo.
Pero lo vibracional no es personal. Nuestra energía ha estado cambiando, y por ende, nos está dirigiendo a lugares nuevos, vínculos nuevos, rutinas y creencias, y modos de vivir nuevos.
No es mejor nuestra energía que la del otro, simplemente es distinta, y busca energías afines. No te lo tomes personal, es vibracional.
Si sientes que te causa esfuerzo, no es. Las vibraciones afines fluyen, las vibraciones discordantes causan esfuerzo y desgano, y nos generan grandes fugas energéticas. Las energías afines, nos energizan.
-Julieta Suarez Valente-
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