Bueno, en anteriores artículos ya hemos hablado, del despertar de la conciencia y de tus resistencias a salir de tu programación (Si no los has leído ve a leerlos porque tienes allí un tesoro).
Entonces como ya te había comentado, no quieres salir de tu programación, porque todo tu mundo se sostiene en base a ella, por lo tanto, es normal y lógico que no avistes más allá de tus narices. Pero si estas leyendo esto voy a darte una forma de empezar a despertarte, de empezar a ser consciente, de entrar en contacto con la realidad y te aseguro que es gratificante, maravilloso y liberador.
Cuando entres en contacto con la realidad, simplemente te preguntarás donde habías estado tanto tiempo, es como si te hubieras pasado muchos años de tu vida en un estado hipnótico, pero como te vengo diciendo hasta ahora, es momento de venir a la realidad, todos y cada uno de nosotros somos llamados a ser conscientes.
Pero antes de nada debo advertiros en algo, y en esto coincido con todos los mentores y maestros que he tenido y que tantas horas he estudiado durante tantos años buscando respuestas igual que tú, de lo contrario no estarías aquí ahora. Es mi obligación moral advertiros de esto; la información que voy a plasmar en estas paginas debe ser cuestionada por ti, por vosotros lectores, es decir, no quiero que aceptes lo que yo te digo simplemente por el mero hecho de que te lo estoy diciendo, porque de lo contrario estaría programándote.
No quiero programarte, ya estamos bastante programados, quiero ayudarte a salir, quiero ayudarte a despertar, seria una especie de guía, puesto que cada persona es un mundo y tiene que encontrar su forma, yo solo voy a daros indicaciones, analogías, atajos, pero en última instancia sois vosotros los que daréis este paso. ¿Habrá sido gracias a mí? Oh no, nada de eso, si te beneficias de esto lo habrás conseguido tú solo, el merito es tuyo.
Yo simplemente estoy ratificándome, ratificando lo que en su día vislumbré, porque la verdad no puede ser explicada, ha de ser vislumbrada, has de verla, yo la vislumbré en su día y actualmente sigo beneficiándome de ella, mi vida ha dado un giro de 380 grados, quizás dentro de poco la tuya también lo dé, en cualquier caso, si lo da genial.
¡Buen trabajo! y si no lo da pues también genial, lo que no se coge a la primera quizás se coja a la segunda, y lo que no le llegue a uno, puede que llegarle a otro. Por lo tanto, recordad lo que os he dicho que hagáis con la información que os doy, cuestionarla toda, cuestionároslo.
Esto me recuerda a las preciosas palabras que dijo Buda en un determinado momento: “Los monjes y eruditos no deben aceptar mis palabras por respeto, sino que deben analizarlas como el orfebre analiza el oro: cortándolo, rascándolo, frotándolo, fundiéndolo” es muy importante que hagáis esto. Bien vamos allá, e aquí la clave.
Se trata de verlo todo desde fuera, y cuando te pase algo mirarlo como si le estuviera pasando a otra persona, ¿Sorprendidos? suena sencillo ¿Verdad? ¿O quizá imposible? ¡JA! Todavía no os podéis hacer una idea de cuan poderoso es esto y todo lo que ello implica, en futuros artículos desglosaremos un poco más sobre esto, pero el camino viene por aquí. Voy a exponerte una situación sencilla para que puedas ponerte en situación, para que puedas aproximarte.
Imagina que estas teniendo un problema, imagínate el problema que quieras, o quizá un problema o conflicto que estés teniendo ahora, bien, ¿Qué pasa si te sales de ti? ¿Qué le sucede a ese problema cuando te sales de tu cuerpo y lo miras desde arriba? ¡JA! La pelota se deshincha rápido creedme. Quizá muchos de vosotros todavía no podáis concebir esto, lo veis imposible, pero ahora os lo voy a exponer de forma que quizá empezaréis a verlo o podáis aproximaros. Pensad en un amigo vuestro, o en un desconocido (A mi en su día me vino mejor pensar en un amigo porque podía ponerle cara, físico e identidad) pero vosotros podéis probar con lo que más os convenga, la cuestión es que de algún modo lo practiquéis.
Bien. Cuando un conocido o un amigo nuestro acude a vosotros, en este caso a ti, y te cuenta un problema; ¿Cómo actuáis? O mejor dicho ¿Cómo reaccionáis? ¡Anda! ¡E aquí un tesoro, tómalo es tuyo! Cuando una persona nos cuenta un problema o conflicto suyo la reacción es como poco mínima o inexistente, dependiendo de la persona claro está, pues estamos reaccionando a todo consciente o inconscientemente, pero ya me entendéis.
Si un amigo vuestro os dice que su pareja lo ha engañado, por ejemplo, te diré lo que solemos hacer; lo primero es que le quitamos fuego al asunto, no digo que no nos importe, le podemos dar importancia tratándose de una persona que queremos claro está, pero no exageradamente, nunca desmesuradamente, mantenemos la calma y la compostura, lo vemos con perspectiva puesto que lo estamos viendo desde fuera, pero sin embargo; ¿Qué ocurre cuando nos engañan a nosotros?, ¿Cuándo nos hacen algo que no nos gusta? ¡AJA! ¡Te acabo de pillar!
Si te engañan a ti ya cambia el asunto ¿No es así? Bueno en realidad y para serte sincero nunca te engaña nadie, pero de esto hablaremos más adelante, la cuestión ahora es que reaccionas desmesuradamente, hostilmente, y no solo con la persona en cuestión que solo ha mirado por ella, si, exactamente, ha mirado por ella y por su interés, tonto, ¿Qué es egoísta dices? Ah bueno, en verdad tú también eres egoísta, Oh ¿Qué no lo sabias? Vaya, pero esto también lo hablaremos mas adelante, tengo tantas cosas de las que hablarte…
Volviendo al tema en cuestión hemos dicho que cuando nos sucede algo a nosotros reaccionamos, nos identificamos, aquí la raíz del problema, nos estamos identificando, y reaccionando emocionalmente. Cuando le pasa a un amigo, no hay identificación, por lo tanto, la reacción es mínima y hay comprensión ¿Lo veis? Por eso cuando te pase algo, salte de ti y observa eso (situación, problema, conflicto, acontecimiento) simplemente observa y comprende.
Digamos que te “desidentificas” de ti. Sí. Suena terrorífico e incluso imposible, pero creedme aquí tenéis una mina de oro. Pero no, no queréis verlo, es mejor torturaros a vosotros mismos, auto exigiros, culpabilizaros, como nos han enseñado en nuestra sociedad, en tu cultura y en la mía, después queremos estar equilibrados, tener una autoestima sana y ser personas íntegras.
Estamos todos locos. No queremos aprender, o mejor dicho no queremos desaprender y aprender lo nuevo. Nos asusta lo nuevo, sí, lo nuevo nos asusta. Esto me recuerda a un pasaje en el que Jesucristo estaba dando la buena nueva a personas afligidas que sufrían por cualquier cosa, ¿Qué crees que hacían estas personas? ¿Cogerla? ¡Ni hablar! No la cogían, pero no porque fuera buena, sino porque era nueva. No queremos cambiar, nos da miedo el cambio, preferimos quedarnos sufriendo con nuestras ansiedades, con nuestras depresiones, con nuestros vicios y apegos. Así somos.
¡Rayos! en la biblia ya se dice: ¡“Arrepiéntete”! ¡” Arrepentiros”! pero esto se ha interpretado mal por la mente humana dormida y estúpida, en realidad lo que las escrituras nos dicen es: ¡Despierta!, ¡Despierta! Ven a la Realidad. ¿A que estas esperando?