Si tienes un hijo varón, ve tejiéndole unas alas con hilos rojos de admiración, cosidas con agujas de dignidad y plumas de ángeles en libertad y en su mochila, el día que parta, coloca el latido de tu corazón, y varitas de hogar para comenzar su propio nido para que encuentre el amor de una mujer y lo dignifique con tu ejemplo.
Porque los hijos varones, no siempre regresan, se les ha sido dada la semilla y han de cuidar que crezca sana, por eso si tienes un hijo varón, dale principios, sentido de responsabilidad y aprecio por su nombre, porque son los varones los que resguardan el corazón de las mujeres y quienes no deben perder nunca su admiración.
Si tienes un hijo varón, sabrás que hay que amarlos en la misma medida que los vas soltando, sabrás lo que duele y lo mucho que te enseñan, si tienes un hijo varón has tenido la gran oportunidad de enseñarle de primera mano el motivo de la confianza de las mujeres, la fortaleza que les aportan y el inmenso amor que les inspiran.
Si tienes un hijo varón, sabrás que a ellos se les ama en la misma medida que se les empuja a volar, con orgullo y con confianza, con aprecio y admiración por su temperamento y con la satisfacción que provoca su apuesta por el futuro, porque los hijos varones se guian por la fuerza del espíritu y amarán fuertemente en libertad, como tú encontraste el tuyo.
Cerca o lejos, si tienes un hijo varón, has ayudado a construir el mundo que necesitamos todas las mujeres, de respeto, de esperanza, de valor y de dignidad de género.
-L.T. Noriega-
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