Por qué los niños necesitan cariño para su desarrollo. La carencia afectiva es una situación de falta de falta de cuidados, de protección, de atención y de apego que sufre o ha sufrido un niño por parte de su madre o cuidador habitual durante los primeros años de vida.
Esta carencia afectiva puede ser debida a multitud de circunstancias como el abandono, el maltrato o a otras situaciones familiares menos traumáticas pero que dejan al niño desatendido en el plano afectivo y relacional.
La necesidad de afecto para el desarrollo infantil
A lo largo de los primeros meses y años, el bebé humano precisa de caricias, abrazos, besos y palabras cariñosas que estimulan su crecimiento y maduración cerebral. Sin este calor afectivo, sin este apego materno-filial, el desarrollo neuronal no se completa adecuadamente. Sabemos que no es suficiente con alimentar al bebé para que crezca sano, hay que transmitirle afecto y cariño, hacerle sentir que es amado para que se desarrolle adecuadamente no solo en el plano afectivo, si no también físico y mental.
En la sociedad actual en la que vivimos, inmersos en una actividad frenética y con horarios laborales poco adecuados para la conciliación familiar, son muchos los niños que viven faltos de afecto, de cariño y de las relaciones afectivas necesarias para su correcto desarrollo. No es necesario que el niño sea objeto de causas extremas como el maltrato, negligencia, abandono, largas hospitalizaciones, separaciones o divorcios traumáticos, para verse en una situación de carencia afectiva más o menos grave. Unos cuidados de poca calidad contribuyen de manera significativa al deterioro del desarrollo del niño.
Niños que pasan horas y horas frente a la pantalla del televisor o del ordenador no están disfrutando del afecto o de las interacciones de sociales o intelectuales que les corresponden a su edad. Esta tendencia de dejar a los niños con la niñera virtual durante largas horas crea un estilo de crianza impersonal, orientando a los niños hacia la tecnología y abandonando el factor humano.
6 síntomas de que tu hijo tiene carencias efectivas
Los niños que no se sienten queridos por sus padres, con un ambiente frío, hostil, agresivo o negligente pueden acabar desarrollando trastornos psicológicos más o menos graves. Las consecuencias de las carencias afectivas sufridas durante los primeros años de vida son, con frecuencia, irremediables. Algunos de estos síntomas son:
- Problemas con el control de los impulsos, con cambios bruscos de conducta y respuestas agresivas.
- Desconfianza generalizada.
- Deficiente desarrollo del lenguaje y habilidades sociales.
- Déficit de atención.
- Trastornos de ansiedad.
- Dificultades para expresar sentimientos y problemas para modularlos.
Todos estos síntomas pueden llegar a hasta la edad adulta encontrándonos con personas egocéntricas, con escasas habilidades sociales y dependientes emocionalmente.
-Sara Tarrés-
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