¿Cómo es la relación con tu madre, con tu padre? ¿Distante? ¿Con reproches? ¿Equilibrada? ¿Poco libre? ¿Dependiente? ¿Te has planteado alguna vez como te relacionas con ellos?.
La huella que dejan nuestros padres en nuestra personalidad, así como los patrones de comportamiento que nos fijan sin darnos cuenta desde pequeños, es tan trascendente para nuestras vidas que conviene hacer un trabajo de indagación personal profunda, al menos para darnos cuenta de esas cargas, que todos absolutamente llevamos, entenderlas y poder redimirlas.
La Pedagogía Sistémica es una corriente pedagógica que se fundamenta en la teoría de sistemas y comunicación, en el constructivismo y en el paradigma fenomenológico referido a los órdenes del amor de Bert Hellinger.
Desde la Pedagogía Sistémica sabemos que nuestros padres han hecho con nosotros todo lo que podían y sabían (con las herramientas que podían emplear en cada momento), por lo tanto NO juzgamos y SÍ honramos sus figuras. En caso contrario nuestra figura de autoridad ante los alumnos queda por tierra.
¿Cómo hacerlo?. Puedes imaginar tus padres ante ti o pedir a dos personas que representen este papel o colocar dos sillas u otros objetos por ellos. Tienes que inclinar la cabeza ante ellos (lo tienes que sentir, al mismo tiempo te ayudas de la respiración). No es un ejercicio mecánico ni lógico, debe ser de corazón. Este ejercicio puede cambiar tu forma de entender y de relacionarte en tu vida, no sólo con tus padres, con tu pareja, con tus hijos, con los demás. No te dejará indiferente. Te animo a que lo pruebes. Debes hacer 3 cosas:
Escribe 2 cartas independientes. Una a tu madre y otra a tu padre. En ellas debes plasmar:
Se trata de escribir una carta para cada uno de ellos en las que te des permiso para abrir la compuerta de frustraciones y cosas reprimidas de tu interior. Hazlo con entrega, con sinceridad, sin engañarte, sin miedo. No te calles nada. No importa si aparecen cosas feas, o insultos, o rabia o tristeza. Si no expresas lo negativo, se enquista dentro de ti.
No hay prisa por acabarlas, puedes dedicar varios días a esta tarea si lo necesitas. Algo que debes tener muy claro en este ritual, es que estas cartas son privadas, solo tuyas. Nadie debe leerlas, por ningún motivo, ni mucho menos tus padres.
Junta ambas cartas y quémalas en algún recipiente donde puedas conservar las cenizas. Después pon las cenizas en una bolsa.
Busca un lugar de la naturaleza hermoso, que te guste especialmente, donde puedas realizar unos minutos de meditación. Cuando toda tu atención esté centrada en tu respiración haz esto:
Antes de acabar la meditación vuelve a centrar tu atención en la respiración e imagina que atraviesas, como si fueses un rayo de luz blanca, el tiempo y te proyectas feliz y notando el amor y la energía que eres, en el futuro. Al acabar la meditación, busca un rincón hermoso para depositar las cenizas de las cartas. Si lo deseas puedes dibujar con tu dedo un corazón o un pájaro que se aleja volando libre usando las cenizas como pintura.
Es un ritual sanador muy intenso y como te he dicho de una gran trascendencia para ti. Te animo a que lo intentes, es un paso más hacia la vida conectada y consciente.
«Reconcíliate con tu madre y con tu padre para recuperar tu libertad».
-AguaMarina-
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