Todo padre tiene la responsabilidad de criar a sus hijos hasta el momento que estos sean capaces de valerse por sí solos. Esto es una ley universal, y aunque sea un momento muy saludable y necesario para padres e hijos, no siempre es fácil lidiar con eso. Es por ellos que puede desencadenar el síndrome del nido vacío, sobre todo en las madres.
Y te das cuenta de que el tiempo pasó rápido, parece que fue ayer cuando salías del hospital con tu bebé en brazos y ahora por fin ha llegado el momento de que tu hijo parta para vivir su propia vida como el adulto que es.
Siendo algo natural, lo lógico es aceptar cuando los hijos se van de casa y comenzar a disfrutar del espacio para nosotros solos, sin embargo la marcha de los hijos puede suponer un golpe emocional que cada padre y madre asume de una manera diferente y no siempre es todo alegría.
Con la salida del último hijo, los padres se convierten de nuevo en pareja después de tantos años dedicados a la crianza y cuidado de los hijos.
Lo primero que debemos entender es que el síndrome del nido vacío que puede surgir cuando los hijos se van de casa no es un trastorno mental, tampoco se trata de una enfermedad, sino que es un posible problema social para algunas familias. Tiene que ver con unos sentimientos de desazón y una cierta crisis vital cuando los hijos han abandonado de forma permanente el hogar.
Durante muchos años hemos formado nuestra vida alrededor de la idea de ser padres, entregando cuerpo y alma por ellos, para que se sientan amados, para que tengan la mejor educación, para que practiquen deportes, etc. Todo ello desaparece súbitamente para dejarnos en una situación de cierto desamparo, nos queda entender y aceptar que los años de convivencia han sido una etapa más en la relación padres-hijos con diferentes capítulos a lo largo de sus respectivas vidas.
Síntomas del Síndrome del Nido Vacío
Los síntomas son similares a los observados en cualquier proceso de separación o pérdida afectiva. Se debe tener en cuenta que estos síntomas aparezcan después de que los hijos abandonen el hogar. También pueden presentarse después de una semana o incluso después de algunos meses. Si los síntomas desaparecen espontáneamente después de un tiempo, no requerirían el apoyo de un especialista.
- Sensación de vacío.
- Sentimientos de profunda tristeza.
- Aburrimiento constante.
- Deseos de llorar con frecuencia y durante un tiempo prolongado.
- Aparición constante de recuerdos de la infancia de los hijos y deseo de hablar frecuentemente de ellos.
- Creencia de que nunca volverán a ser tan felices.
- Sensación de no tener rumbo ni objetivos.
- Sentir que la vida ha perdido el sentido.
- Molestias somáticas como mareos y dolor de cabeza.
- Insomnio
Por otro lado, el problema con el síndrome del nido vacío ocurre cuando los síntomas se prolongan durante un tiempo considerable ya que no debería durar más de seis meses, puesto que este es tiempo suficiente para adaptarse a esta nueva forma de vida. Si se prolonga por más tiempo, la ayuda psicológica podría ser indispensable para superar el síndrome.
¿Cómo superar la angustia del síndrome del nido vacío?
Aunque el tratamiento psicológico es la opción más eficaz para tratar el síndrome del nido vacío en el adulto mayor o cualquier otra persona, si se siguen las siguientes recomendaciones una persona podría ser capaz de superarlo por sí misma:
Superar el síndrome del nido vacío tiene mucho de aceptar la realidad y otro tanto de trabajar para encontrar nuevas formas de sentirnos plenos pese a la repentina sensación de pérdida.
- Reconectar con uno mismo: Ya que hemos recuperado para nosotros el espacio que hasta ahora ocupaba nuestro hijo, podemos recuperar alguno de los hobbies que dejamos a un lado antes de ser padres. Tocar algún instrumento, practicar deporte, escribir, cualquier actividad que nos motive tendrá más tiempo de dedicación por nuestra parte.
- Reconectar con nuestra pareja: La salida de casa de un hijo puede ser la oportunidad perfecta para recuperar el tiempo a solas que no hemos podido compartir con nuestra pareja en los últimos tiempos. Ese viaje pendiente puede darse.
- Encontrar nuevos retos: No hay nada como superar el síndrome del nido vacío agarrando al toro por las astas, para asumir un nuevo reto personal o profesional. Tan solo debemos pensar ¿qué es lo que nos motivaría conseguir? e ir a por ello entregándolo todo.
Y si aún tus hijos se encuentran en crecimiento y viven en tu hogar, aquí te dejo algunos consejos para prevenir el Síndrome del Nido Vacío.
Consejos para su prevención
Para la prevención nos tenemos que trasladar a las etapas anteriores del ciclo familiar. Las parejas no deben olvidar que no son solo padres, sino que también son personas y pareja, debiendo fomentar estas dos facetas muchas veces olvidadas una vez que se sumergen en el torbellino de la crianza de los hijos.
- Cuidar la relación de pareja.
- Aceptar que la vida es una sucesión de etapas y que ésta es una de ellas.
- Permitir y fomentar la autonomía de los hijos desde su nacimiento con arreglo a cada etapa de su crecimiento.
- Estar satisfecho por el trabajo bien realizado.
- Tratar de que la independencia de los hijos no coincida con ningún acontecimiento importante de la familia.
- Dejar que los hijos tomen sus propias decisiones una vez emancipados y fomentar la comunicación con ellos sin críticas, ni reproches. Así los hijos seguirán unidos aunque “de otra forma”.
- Dedicarse a uno mismo: cuidarse, tener tiempo libre, realizar nuevas actividades, tener nuevas ilusiones y proyectos.
- Fomentar las amistades.
Entiende que este no es el final de nada, por el contrario es el inicio de una nueva aventura. Disfrútala, te lo mereces, además tus hijos también se alegrarán por ti. Tu siempre serás importante para ellos, no lo dudes ni por un instante. Recuerda que tú también pasaste por esta situación. Es parte de evolucionar y crecer.
Si amas a tus hijos dale alas para volar, mucho amor para sobrevivir el viaje y raíces para volver al nido cada vez que lo necesiten.