¿Por qué es tan difícil dejar ir, vivir en paz y permitir que la vida fluya?. Felices son las personas que pueden terminar una relación y seguir adelante sin nada que reprochar, recordando los gratos momentos que convivió y aprendiendo de sus debilidades. Hay que soltar las cosas sin reproches ni resentimientos.
Lamentablemente, la mayoría de las personas no contamos con la fortaleza y la disciplina que esto requiere, así que pasamos nuestra vida torturándonos, lastimándonos y buscando buenas razones para culpar a los demás y justificar nuestros propios errores. Esto no solo se da en cuanto a relaciones personales sino que también se repite en el trabajo y en la vida en general.
Si pudiéramos ser como Benito la vida sería menos complicada, posiblemente hasta tendríamos más tiempo para aprovechar y disfrutar los preciados instantes que la vida nos ofrece.
Benito terminó su noviazgo con Alicia después de una larga relación que duró casi cinco años. La quería mucho, se sentía feliz y hasta se pensaba casar con ella. Lamentablemente con el tiempo, ambos comenzaron a tomar rumbos distintos, los intereses no eran los mismos y lo que en un momento fueron risas y gratas conversaciones se tornaron en grandes silencios y en discusiones sin sentido.
Alicia finalmente decidió ponerle fin a la relación. Ella sabía que el amor de Benito hacia ella era muy grande y que había peligro de que al dejarlo, él se deprimiera y decayera. Tenia temor de lo que le pudiera llegar a suceder a Benito, pero a pesar de ello, Alicia necesitaba salir de allí, cortar la relación para poder encontrar su propio camino.
Pasaron varios meses luego de la ruptura cuando repentinamente ambos se encontraron caminando por la calle. Para la sorpresa de Alicia, Benito se veía extraordinariamente bien, más apuesto y radiante que nunca. Alicia sintió un gran alivio y le dijo a Benito lo mucho que la alegraba encontrarlo en este estado.
Él le contó que en el momento en que ella lo había dejado, se sintió muy mal y comenzó a extrañarla enormemente. Pero se propuso no dejarse caer aunque le costara salir adelante. Para ello decidió hacer algunos cambios en su vida. Comenzó a ir al gimnasio diariamente, a comer en forma nutritiva, encontró un nuevo trabajo y se apoyó en sus seres queridos. Su sonrisa claramente expresaba que no tenía quejas ni reproches. Había decidido no quedar pegado al enojo, la culpa y la desesperación. Iba a mirar hacia delante y superar la situación sin resentimientos.
Ambos se sonrieron mutuamente, se desearon suerte, se despidieron y continuaron sus respectivos caminos. Benito pensó que para seguir adelante hay que dejar ir; lo que tuvo con Alicia había sido bueno en su momento, pero no fue lo suficientemente fuerte para que perdurara para siempre. Benito se sentía bien, se veía bien y estaba muy tranquilo.
LA RECETA
Ingredientes:
- 3 cubos de Aceptación
- 2 gotas concentradas de Fortaleza
- 1 manojo de Adaptación
- 2 cucharadas de Perspectiva
- 1 racimo de Ganas de vivir
- Compasión y perdón según sea necesario
Recomendación del chef:
Hoy dejo ir mis fantasías, mis expectativas, y me concentro en la realidad que tengo, dejo a un lado los reproches y acepto que si suelto mi pena, me retomo mi tranquilidad.
Modo de preparación:
- Hay que saber perder para poder ser un buen ganador. De nada sirve sufrir eternamente por lo que ya pasó y no se puede cambiar. Dejar ir nos permite estar abiertos a nuevas posibilidades, con una mejor disposición y poder ganar más en el futuro.
- El cocinero que puede dejar ir, cocina sin reproches. Cuando se aprende a separar los ingredientes buenos de aquellos que ya no sirven el cocinero es el más beneficiado, su cocina está siempre limpia, sus platillos huelen sabrosos y tiene más espacio para cocinar.
- Aceptar la vida tal cual es; el ingrediente básico para poder cocinar con buen sazón. Al ver y aceptar la vida con simpleza y claridad ayuda a utilizar con eficacia los ingredientes con los que se cuenta. A su vez, aumenta la energía positiva en recetas que tienen mayores probabilidades de salir mejor, lo cual hace que el cocinero se sienta más contento con él mismo y con los demás.
- Hay que valorar y cuidar la vida ya que se va muy rápido. Poderla disfrutar es una condición necesaria para poder cocinar feliz. Cuando se está consciente que el tiempo pasa y no vuelve, se recuerda la importancia de no desperdiciarlo ni a él ni a los ingredientes valiosos.
Las personas que pueden dejar ir el pasado, perdonar y perdonarse se enfocan en los aspectos positivos de la vida, lo que les da una fuerza extraordinaria y los llena de posibilidades.
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-Becky Krinsky-