Cuando una mujer toma la decisión de dejar el sufrimiento atrás, abandonar la victimización, dejar de lado la mentira y por fin renunciar a la sumisión; ese es el comienzo de un nuevo despertar.
Cuando una mujer dice desde el fondo de su corazón: «Basta, hasta aquí he llegado» hoy elijo ser mi prioridad, voy a soltar todo aquello que me duele, voy a avanzar en mi propio ser, soy mi prioridad por encima del dolor.
Ni mil ejércitos de ego y ni todas las trampas de la ilusión, ni las mentiras más adornadas, podrán detenerla en la búsqueda de su propia verdad.
Ahí se abren las puertas de su propia alma y comienza el proceso de sanación. El proceso que permitirá que se encuentre, que la devolverá poco a poco a si misma, a su verdadero ser, su hermosa esencia de alegría renacerá, sus ojos brillaran porque volvió a si misma.
Nadie dijo que ese camino sea fácil, pero es «el camino». Esa decisión en sí, abre una línea directa con su naturaleza salvaje, es el camino de la evolución emocional, el camino del empoderamiento personal y es ahí donde comienza el verdadero milagro.
Ella será una mujer que ha sanado, libre del efecto emocional de otros, una mujer segura, plena, sabia, brillante, fuerte llena de amor y será como un maravilloso tesoro para quien la sepa valorar, cuidar y acompañar en ese camino de crecimiento.
Mujeres con valor, mujeres despiertas, mujeres que brillamos.