¿Tienes el mal hábito de dejar las cosas para el último momento? ¿Aplazas las tareas que requieren tu atención porque te generan ansiedad o un compromiso que crees que no puedes asumir?
Todos en algún momento de nuestras vidas hemos procrastinado, no nos engañemos. Pero esto se convierte en un verdadero problema cuando no solo ocurre una vez, sino cuando se convierte en un mal hábito, a pesar de que uno es consciente de que hacerlo nos traerá consecuencias en nuestra vida profesional y en la personal, incluso puede llegar a afectar a personas de nuestro entorno.
9 de cada 10 personas en todo el mundo tienen ese hábito nada saludable de ir posponiendo las tareas y actividades importantes para más adelante; un eterno «más adelante» o un «después lo hago» que nunca llega a convertirse en presente, generando ansiedad, frustración y estrés.
Y cuando esto sucede nos sentimos culpables porque dejamos de hacer actividades importantes y en su lugar, hacemos otras que nos resultan más placenteras y que no tienen mayor objetivo que alargar nuestra gran tarea.
Razones por el cual postergamos las cosas
- Por miedo: Dejar de hacer algo solo porque se genera miedo de no saber hacerlo, de no estar a la altura o de fracasar.
- Por activación: Se retrasa una tarea, dejándola para después. Hasta que no queda más tiempo para seguir posponiéndola y se debe terminar haciéndola de prisa y sin ganas.
- Por indecisión: Puede no saberse por dónde comenzar ni cómo hacerlo y al final se pierde pensando en la mejor manera de hacerlo sin llegar a tomar la decisión para hacerlo.
Consejos para dejar de postergar
1. Visualizar las tareas difíciles
Si tienes un proyecto que terminar pronto y te está absorbiendo completamente haciéndote inefectivo en otras áreas, debes terminarlo antes que cualquier otra cosa. Terminar con la tarea más larga de tu lista te hace sentir más productivo y te da el impulso para hacer otras cosas que has dejado de lado.
Si tu proyecto grande es algo que no puedes terminar rápidamente, entonces divídelo en una lista con actividades más pequeñas que puedas terminar en un día. No te preocupes por terminar todo, pero toma medidas ahora para que completarlo después sea tarea fácil.
Haz una lista definitiva para ese proyecto y colócala en algún lugar donde la veas regularmente. Te sentirás motivado a medida que completes cosas de la lista.
2. Realizar tareas cortas
Cada vez que se te presente algo que no quieras hacer o que quieras sacar de la lista, pregúntate: «¿terminar esto me tomará más de dos minutos?»
Para la mayoría de nosotros, esto incluye tareas pequeñas como tender la cama o sacar la basura, pero puedes incluir tareas simples de cualquier ámbito de tu vida. Realiza cualquier cosa que quieras sacar de la lista pero que tardes menos de dos minutos en realizar.
3. Deja de lado el perfeccionismo
Si aún no te decides por empezar ese «pendiente», si estás esperando las herramientas perfectas, o el tiempo adecuado y no te detienes hasta que tu proyecto sea «perfecto», estás dejando a un lado el terminar tu tarea.
Si tu proyecto no necesita ser perfecto pero todavía estás enfocado en eso, detente y realiza tu próxima tarea. Evita este pensamiento de «perfección».
4. Concéntrate en la meta final
Mientras trabajas, piensa en todo el tiempo libre, relajación, dinero, o lo que sea que ganes cuando termines. Esto te ayuda a terminar la tarea y trabajar hacia tu meta, porque te darás cuenta que después de un gran esfuerzo, hay recompensas.
Estimulando nuestro lóbulo temporal, podemos lograr que nuestro cerebro esté más activo en esa zona y, en consecuencia, más abiertos y permeables a aprender o modificar hábitos y actitudes. De esta manera, podemos cambiar nuestros sistemas de creencias, superar temores, vencer bloqueos emocionales y cambiar completamente la actitud hacia la vida, logrando atraer el bienestar y la prosperidad.