Los decretos de protección son extremadamente útiles en nuestra rutina, pues nos mantendrán alejados de toda energía negativa a lo largo del día. Por lo tanto, siempre es recomendable conocer un decreto de protección para que acompañen a nuestros hijos a todas partes.
Constantemente nos encontramos desafiados por los eventos y las personas que nos encontramos día a día, y eso puede ser agotador, así mismo nuestros hijos tarde o temprano comenzarán a tener este tipo de experiencias. En cualquier momento que sientas que la energía de tus hijos se encuentre en un nivel bajo, no dudes en elevar tus decretos para que asistan a tus hijos en todo proceso que parezca ser doloroso o difícil.
5 Decretos de protección para los hijos
Los decretos de los padres son muy poderosos y muy importantes para los hijos, recuerda que los puedes realizar para tus hijos pequeños, en etapa de adolescencia o para tus hijos ya adultos, solo elige uno que se adapte a lo que necesitas. Aquí te compartimos algunos poderosos decretos de protección para las personas más importantes de tu vida.
Los pasos y los caminos de mis hijos están divinamente protegidos.
Mis hijos son invisibles para la maldad, son invisibles para la violencia, son invisibles para las malas compañías, son invisibles para las adiciones.
Los pasos de mis hijos van dirigidos a las oportunidades, la realización, la felicidad y a la fe.
Mis hijos salen del hogar y llegan al hogar con seguridad, divinamente protegidos y divinamente guiados.
Hecho está, hecho está, hecho está.
El camino de mis hijos está protegido, sus pasos están guiados hacia la salud, la paz, la felicidad y la prosperidad.
Mis hijos están libres de adicciones y de los peligros que se encuentren en la calle.
Mis hijos están protegidos y siempre regresan a casa seguros, bien y en completa paz y seguridad.
Mis hijos están protegidos, mis hijos están protegidos, mis hijos están protegidos.
Hecho está, hecho está, hecho está.
Yo ilumino y bendigo el camino de mis hijos. Yo los bendigo cuando salen del hogar y bendigo su regreso al hogar con seguridad y bienestar.
Yo bendigo sus pasos para que sean dirigidos hacia la realización, el bienestar, el amor y la armonía.
Yo bendigo sus decisiones para que siempre sean las más correctas para ellos.
Yo bendigo su camino para que esté lleno de éxito, que sus sueños se cumplan y que logren sus metas.
Yo bendigo su salud con amor para que puedan tener una buena vida, rica y productiva.
Yo los veo realizados, los veo felices y los veo en paz.
Hecho está, hecho está, hecho está.
Yo ilumino y protejo los caminos de mis hijos. Abro los caminos a su felicidad, su bienestar, su prosperidad, su salud y su paz completa. Yo los protejo y los alejo de todo mal, de todo vicio, de toda mala decisión, de todas acciones que lo pudiera perjudicar. Alejo a las personas que pudieran perjudicarlos o tener malas intenciones con ellos.
Hecho está, hecho está, hecho está.
Yo protejo e ilumino a mis hijos, cada uno de ellos tiene el camino de la salud, del éxito, del amor, de la realización, de la seguridad.
Yo elimino de sus vidas los problemas, los obstáculos y todo lo que impida el logro de sus sueños.
Yo bendigo e ilumino el camino de mis hijos, donde vivimos, donde convivimos, donde estamos llenos de salud, llenos luz y llenos de amor.
Hecho está, hecho está, hecho está.
Visualización de protección para tus hijos
Cierra los ojos y piensa en tus hijos. Tráelos frente a ti con tus pensamientos y envuélvelos en una esfera con una luz muy brillante. Los visualízalos libres de preocupaciones y sonrientes. Visualízalos libres de problemas. Visualízalos llenos de oportunidades, realizados, libres de la inseguridad. Visualízalos rodeados de trabajo y alejados completamente de la inseguridad.
Esta esfera es muy brillante y en esta esfera de luz donde están tus hijos, están completamente sanos, completamente libres de adicciones, alejados de las malas personas o de personas que quieran dañarlos. Los observas muy serenos, muy tranquilos, muy firmes y los ves rodeados de amor. Y sabes que tu amor los rodea y los protege.
Hecho está, hecho está, hecho está.
Cuanto más a menudo repitas estos decretos, mayor será su efecto. La fuerza de nuestra mente se une al poder de la palabra hablada, tornándose en realidad aquello que decretamos con fe. Para ayudarte en tu concentración, puedes encender un incienso, una vela o poner algo de música suave mientras realizas tus decretos.
«No importa su edad, un hijo siempre necesitará del amor, apoyo y ayuda de sus padres».
Por Aleja Bama
