Cuando llegue el momento de tu partida, no debes inquietarte por tu cuerpo. Tus seres queridos se encargarán de las tareas necesarias según sus posibilidades. Desvestirán tu existencia de la ropa cotidiana, te lavarán y te vestirán para tu viaje hacia tu nuevo destino. Tu hogar quedará atrás mientras te trasladan a tu última morada.
En tu funeral, algunos se presentarán para despedirse. Es posible que incluso cancelen compromisos y falten al trabajo para rendirte homenaje. Sin embargo, la realidad es que el mundo seguirá girando, y la economía continuará su curso sin pausas.
Tu reemplazo llegará en el trabajo, ocupando el espacio que antes era tuyo. Otra persona con habilidades similares o superiores asumirá tus responsabilidades. Tus posesiones, desde tus herramientas hasta tu ropa, encontrarán nuevos dueños a través de la venta, regalo o incluso el descarte.
Las críticas y juicios sobre tu vida persistirán, incluso después de tu partida. Aquellos que te conocieron solo superficialmente emitirán opiniones sobre tu existencia, recordándote por pequeños fragmentos de lo que fuiste.
El duelo será efímero en algunos, mientras que otros recordarán tus acciones con tristeza durante un período más prolongado. La vida continuará para todos, y pronto te convertirás en un recuerdo en el rincón de sus mentes.
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En tu nueva realidad, ya no estarás vinculado a las posesiones materiales. Tu esencia será todo lo que lleves contigo. Aquello que acumulaste en vida, no en bienes materiales, sino en experiencias, amor y paz interior, será tu única fortuna en este nuevo trayecto.
También descubres que el tiempo se convierte en una dimensión diferente. Ya no se mide en días, meses o años, sino en la evolución continua de tu ser. Las oportunidades para el aprendizaje y el crecimiento son infinitas, y cada experiencia contribuye a la expansión de tu conocimiento y sabiduría.
La conexión con aquellos que han cruzado antes que tú se vuelve evidente. Experimentas encuentros con almas afines y seres queridos que te dan la bienvenida en este reino sin restricciones. Las relaciones se forman en un nivel más profundo, donde las barreras del ego y la superficialidad desaparecen, permitiendo una comprensión mutua más allá de las palabras.
A medida que exploras tu nueva existencia, te das cuenta de que el propósito trasciende las ocupaciones y logros terrenales. Encuentras significado en la contribución a la evolución colectiva y en el servicio desinteresado a los demás. Aquí, el amor y la compasión son monedas de gran valor, y cada acto de bondad reverbera en las fibras mismas del universo.
Así que, mientras estés aquí, procura vivir plenamente y encuentra la felicidad. Porque cuando partas, no te llevarás contigo lo que tienes, solo llevarás contigo lo que diste. Las lecciones aprendidas, la compasión sembrada y el amor compartido serán las joyas que adornarán tu ser en la eternidad.
En esta travesía sin confines, tu fortuna espiritual se convierte en la luz que ilumina los vastos horizontes de lo desconocido, recordándote que, incluso más allá de la vida, tu impacto perdura. Así que en tu nueva vida, solo necesitarás tu espíritu y la fortuna espiritual que acumulaste aquí será tu guía.
«Vive cada día como si fuera tu última oportunidad de dejar una huella de amor en el mundo».
Por Aleja Bama