La Descodificación Biológica Original es un nuevo enfoque terapéutico y de salud basado en el reconocimiento del significado o sentido biologico de los síntomas. es un camino hacia la comprensión de la enfermedad y de los mecanismos que permiten sanar la conciencia y e esa manera sanar el cuerpo. Tal como nos dijo Jung: «la enfermedad viene a curarnos».
La enfermedad puede ser observada como una oportunidad en la evolución del ser humano que esta involucrado y en el que algún aspecto de su supervivencia se ha visto comprometido. es una herramienta de comprensión que facilita traer a la luz la causa profunda de un síntoma físico o psíquico o una dificultad existencias. Por eso el objetivo de la Descodificación Biológica Original no es sanar o resolver algún problema sino explicar cual es el origen del problema con la finalidad de permitir una evolución interior.
El abordaje desde el punto de vista de la Descodificación Biológica Original permite acercar a la conciencia la información que esta manifestando el cuerpo en forma de enfermedad y que en general no solemos oír o prestar atención ya que suele ser mas fácil, rápido y para el sujeto, mas seguro tratar de callar esta información mediante tratamientos, medicación, equipos, etc.
En el origen de una enfermedad, un malestar o un problema de comportamiento hay uno o varios eventos que han sido vividos de forma traumática. Todo comienza en un instante preciso, llamado bioshock, momento en el que se desencadena una serie de síntomas que llevan a la enfermedad.
¿Por qué ocurre esto?
Porque la emoción vivida en un instante preciso y que ocurre inesperadamente lleva al sujeto a un desequilibrio, a una situación de estrés de alto nivel.
Si a esto se suma que la persona no puede expresar lo que siente (emoción bloqueada), no ve una solución posible y el shock lo vive en soledad (sin posibilidad de aliviarse) facilita que el este quede bloqueado o “enquistado” a nivel inconsciente y que sea desestabilizante para la persona guardando esta una serie de registros sensoriales de todo lo que rodea el entorno en el momento en que ocurre.
Puede ser un accidente, un asalto, una discusión, un despido, una noticia inesperada, el abandono de alguien a quien queremos, la muerte de una persona muy querida, un insulto, entre otros. La gravedad de los síntomas resultantes es proporcional a la cantidad de estrés vivido.
Por ejemplo, una madre puede desarrollar una patología importante en su seno izquierdo porque su hijo está gravemente enfermo. ¿Por qué? Porque lo vive a nivel profundo con un gran estrés y su biología arcaica responde con un mecanismo de activación de la glándula mamaria.
Otro ejemplo sería el de una persona que tiene una pérdida rápida de visión después de regresar de una misión humanitaria donde ha visto situaciones que le han sobrepasado. En algunos casos la suma de pequeños eventos que son ligeramente traumatizantes y que pasan desapercibidos pero son molestos pueden generar un problema mayor.
Es así como regulares e insignificantes reprimendas o regaños verbales pueden dar lugar a una desvalorización mayor.
Tómese como ejemplo una simple descalcificación, la osteoporosis o la lisis ósea completa en personas que ya no se valoran por lo que hacen o no se sienten útiles para los demás.
La psique, el cerebro y los órganos están en interacción constante y cada persona percibirá el evento traumático o el conflicto biológico desde las tres perspectivas y de manera única según su historia de vida. Para algunas personas un despido es una oportunidad de cambio y para otras un gran sufrimiento.
Comprendiendo cómo la persona ha percibido y resentido el evento traumático es como se puede liberar de la somatización. En consecuencia si un síntoma no desaparece completamente es que aún quedan “amarres” sin liberar y se ha de continuar soltando. Se ha de tener en cuenta que el síntoma o la enfermedad no siempre es la liberación de un conflicto ya que al contrario podría ser la manifestación de un malestar actual.
Fuente: Rutas de salida; análisis comparativo, historias no contadas, riesgos y posibilidades de las artes y ciencias para liberarse del sufrimiento innecesario - por Alicia Quaini y Ulises Diego Ayala