Estudios han demostrado que los pensamientos influyen en nuestro cuerpo y en cada una de nuestras células, de igual manera los pensamientos positivos influyen en nuestro cuerpo de manera positiva. Pensar positivo nos hacen sentir relajados, concentrados y alertas, estimula la liberación de endorfinas en el cerebro que reducen el dolor e incrementan el placer.
Es un hecho que los pensamientos positivos, el entusiasmo, la esperanza y la tranquilidad; producen un flujo de neurotransmisores y hormonas en el sistema nervioso central que estimula, provee energía al cuerpo y crea las circunstancias propicias para la conservación o restauración de una buena salud.
Por otro lado cuando piensas en negativo y generas resentimiento, enojo, ansiedad, depresión, envidia o celos produces cortisol en exceso, el cual es liberado como respuesta al estrés y actúa para restablecer el equilibrio; sin embargo, la secreción prolongada de cortisol motivada por el estrés crónico, da lugar a importantes cambios fisiológicos, entre ellos, afecta el sistema inmunológico y se registra un mayor desgaste del sistema óseo.
Aquí te explicaremos cómo esta forma de vida beneficia a la salud
1. Al ver lo positivo de todas las situaciones que nos toque vivir, siempre conseguiremos estar más relajados, bajar el nivel de estrés en nuestro organismo. Esto supone calidad de vida para nuestro sistema nervioso y circulatorio evitando infartos, ansiedad y enfermedades como la depresión.
2. Ser optimistas ayuda a sonreír más a menudo, a ver en un porcentaje muy elevado lo mejor de todo lo que nos rodea. La sonrisa alarga la vida, comprobado científicamente, además de ayudarnos a mejorar nuestras relaciones sociales.
3. Pensar en positivo y de forma optimista te ayudará a sentirte más seguro de ti mismo, a saber que la vida es bonita y que con esfuerzo se puede alcanzar todo cuanto te propongas. Ello ayuda a trabajar con ganas, a conseguir metas y a ser feliz y, por tanto, a gozar de una buena salud.
4. Evita la ansiedad el concentrarse en lo bueno y bonito de la vida. Cuando te encuentres agotado, te falte la respiración y no puedas dejar de pensar en todo ello, piensa en cosas que te hagan sentir bien, piensa en positivo y verás como dicha alegría permite mejorar tu estado de ansiedad y depresión.
5. Una vida sana y saludable conlleva un pensamiento que permita aceptar a los demás tal y como son, es decir, desarrollar un pensamiento positivo con los demás. Esto generará mejores relaciones sociales, sexuales, familiares, laborales y por tanto, tranquilidad, bienestar y mejor calidad de vida.
6. Para las personas hipertensas y con problemas cardiovasculares se les recomienda vida sana, sin estrés y sin preocupaciones. Desarrollar un pensamiento feliz, vitalista, alegre, positivo y tranquilo genera esa tranquilidad que permite controlar los niveles de presión de la sangre que el organismo necesita para su bienestar.
7. Pensar en positivo, además, ayuda a terminar con los problemas musculares como el engarrotamiento, contracturas, etc. La disposición alegre y positiva del ánimo ayuda a mantener la calma y la relajación de nuestro cuerpo.
Relaciónate solo con personas que desarrollen ese pensamiento positivo que te contagie de alegría, aprende a ser feliz con lo que tienes, haz cosas que te entusiasmen, plantéate metas a corto plazo que te sean fáciles de conseguir y lo mas importante vive tu vida y no la de otros.